Se publica en el Diario Oficial de la Federación, el decreto de creación del Territorio Federal de Quintana Roo.
La iniciativa de creación del Territorio Federal de Quintana Roo, fue aprobada y publicada mediante decreto de reforma constitucional en el Diario Oficial de la Federación, el 24 de noviembre de 1902. De esta manera el territorio federal pasaba a formar parte por primera vez, de las entidades federativas de México.

Constitución del Territorio Federal de Quintana Roo
El 24 de noviembre de 1902 fue creado por decreto presidencial, el Territorio Federal de Quintana Roo, que originalmente pertenecía al estado de Yucatán. Nace con el propósito de pacificar definitivamente a los mayas que seguían en rebeldía por la defensa de sus tierras y que luchaban en contra de la explotación de sus recursos forestales como maderas preciosas, palo de tinte, durmientes para ferrocarril y chicle, además de establecer una presencia soberana ante Honduras Británica (hoy Belice).
Quintana Roo, que toma su nombre del héroe insurgente Andrés Quintana Roo, redactor de la Constitución de Apatzingán en 1814, era considerado hace más de cien años simplemente como un "territorio sin ley", no obstante que, según su historia oficial, fue el primer asentamiento de los itzaes, fundadores de la población de Sian ka´an, Bakhalal y de Chichén Itzá, en Yucatán.
Este año nuestro Estado celebra su 121 aniversario como Territorio Federal, el cual fue constituido durante el régimen porfirista al finalizar “La guerra de castas”. Siendo una zona federal, recibía recursos económicos directos de la federación y su gobierno era también responsabilidad del estado mexicano, mismo que era encomendado a un funcionario denominado jefe político del Territorio, comisionado directamente por el presidente de la república.
En 1913, Venustiano Carranza, primer jefe del Ejército Constitucionalista levantado en armas contra el usurpador Victoriano Huerta, promulgó un decreto que reincorporó a Yucatán el Territorio de Quintana Roo, posteriormente en junio de 1915, el decreto se derogó y se restableció ese mismo año, siendo la población de Santa Cruz, en donde residían los poderes del Territorio, sin embargo ese mismo año fue devuelta a los mayas por el general revolucionario Salvador Alvarado y la capital del Territorio fue trasladada a Payo Obispo. La Constitución de 1917, conservó a Quintana Roo como Territorio Federal, cabe recordar que la zona centro del Territorio, en poder de los mayas, se convirtió en una región independiente del gobierno territorial y del federal.
A finales de 1928 se decreta la desaparición de los municipios en los territorios federales; esa figura municipal fue sustituida por delegaciones de gobierno cuyo titular era nombrado de manera directa por el gobernador, centralizando aún más el poder y relegando a los quintanarroenses de puestos públicos. Quintana Roo quedó entonces dividido en cuatro delegaciones cuyas cabeceras eran: Payo Obispo, Santa Cruz, Cozumel e Isla Mujeres.
Como respuesta a la posible desaparición o extinción jurídica del Territorio Federal, los quintanarroenses respondieron de forma organizada, por lo que líderes de distintos sectores de la sociedad decidieron reunirse en el extinto cinema “Juventino Rosas”, naciendo así el día 6 de octubre de 1931, el Comité Pro-Territorio de Quintana Roo. Este hecho significó la cohesión de los diferentes sectores de la sociedad en torno a una causa común. Primero enviando comunicados a las autoridades federales y de todos los estados de la república solicitando apoyo para evitar la desaparición del Territorio y luego luchando por su restitución en contra del decreto emitido el 14 de diciembre de 1931 por el presidente Pascual Ortiz Rubio, desapareciendo el Territorio y anexando su superficie a los estados de Yucatán y Campeche. Es importante resaltar que estos cambios reflejan la política nacional de aquel entonces y del poder que la figura presidencial tenía sobre la “libertad y soberanía” de los estados miembros de la federación.
Vale la pena mencionar que el estado de Tamaulipas fue el único que respondió a ese llamado; finalmente en 1935, por disposición del entonces presidente Lázaro Cárdenas, y para dar cumplimiento a una de sus promesas de campaña, se restituyó el territorio federal de Quintana Roo, con la misma extensión y límites marcados en el decreto de 1902.
Una vez restaurado el Territorio, un año después, su capital Payo Obispo, cambió de nombre y se convirtió en Chetumal, es cuando los nativos del Territorio decidieron continuar con su lucha para la consecución de un nuevo anhelo: un estado autónomo.
El 3 de abril de 1974 la petición fue escuchada, el Congreso de la Unión aprobó la iniciativa del presidente Luis Echeverría Álvarez de convertir a Quintana Roo en estado libre y soberano, el gobernador provisional de aquel entonces David Gustavo Gutiérrez Ruiz tuvo la encomienda de convocar a elecciones para que finalmente nuestro estado fuera gobernado por su gente.
Ciertamente la edificación de una identidad local había sido sembrada desde la creación misma de la entidad federativa a principios del siglo pasado, pero uno de los acontecimientos que puso a prueba el temple de los primeros quintanarroenses fue sin duda el reparto del Territorio entre Yucatán y Campeche.
La historia no sólo se compone de documentos y relatos de nuestros líderes que fueron testigos de esa larga lucha, recuerdos de quienes vivieron y protagonizaron sucesos históricos que se han quedado grabados en la construcción de nuestro estado, testimonios de nuestros ancestros que participaron en la lucha del Comité Pro-Territorio Federal de Quintana Roo que se encuentran plasmados en los murales del Poder Legislativo del Estado.
Al conmemorar esta fecha tan significativa y como un homenaje para todos los que participaron en ella, hoy quisimos presentarte la historia de una comunidad que hoy disfruta de su propia tierra construida persiguiendo sus ideales, por lo que es indispensable que los jóvenes y los que vivimos en esta hermosa tierra, conozcamos sus entrañas y la lucha de quienes se esforzaron por dejar el legado que hoy disfrutamos.